La compañía lleva más de dos décadas ejecutando un plan de manejo forestal que comprende la restauración de bofedales —humedales altoandinos— en el entorno del rajo Rosario y la plantación de dos especies nativas de alta relevancia ambiental: queñoas (Polylepis tarapacana), pequeños árboles que crecen en las alturas, y llaretas (Azorella compacta), arbustos que se caracterizan por una apariencia similar al musgo. Las acciones del plan son supervisadas por colaboradores especialistas con vasta experiencia en restauración de hábitats.

Han transcurrido 22 años desde que se inició este programa pionero en su tipo, ya que la compañía es la primera en reproducir en invernaderos esta especie propia de la cordillera andina.

Al cierre de 2022 se registraban 101,9 hectáreas plantadas en el volcán Irruputuncu, 38,4 ha en el área de Pabellón del Inca y 9,5 ha en el sector Ujina Poniente y Oriente. En total, se contabilizaron 18.287 individuos vivos.