Publicado en ‘Minería & Comunidad’ de El Mercurio

  • Chile se encuentra bien encaminado en uno de los desafíos más importantes que enfrenta el sector a nivel global: mejorar la percepción del público sobre la industria, enfatizando el rol clave que cumple en la transición energética, su resiliencia e inserción responsable en la sociedad.

Desde los electrodomésticos hasta los cubiertos de la mesa, la pasta de dientes, un equipo de rayos X o la red eléctrica, la minería ha estado presente históricamente en múltiples aspectos de la vida diaria. Hoy, mucha de esa presencia es menos obvia; por ejemplo, en el cobre del cable que va desde la tierra hasta la parte superior de la turbina eólica, el litio de la batería de los vehículos eléctricos y el silicio de los paneles solares. Pero no por ello menos importante.

‘Los llamados ‘minerales críticos’ están ganando reconocimiento como esenciales para la transición energética, pero la forma en que hablamos de esos minerales y de la minería que los extrae debe evolucionar’, señala el artículo ‘Por qué el sector minero debe profundizar para explicar su transición hacia el cero neto’, del Foro Económico Mundial (WEF).

Carolina Parra, jefe de Proyectos Nuevos Negocios Energéticos de Fundación Chile, destaca que ‘la minería, al ser esencial para el suministro de estos minerales críticos, debe demostrar cómo va a hacerlo de manera responsable y sostenible’, entregando información clara y verificable sobre la prevención y gestión de sus impactos ambientales. Así se ayudará a cerrar la brecha entre las expectativas sociales y la realidad operativa de la minería, ‘evitando que la desinformación y las percepciones negativas se conviertan en barreras para su aceptación’, agrega.

‘La próxima vez que sintamos la necesidad de quejarnos de que la gente no entiende la importancia de la minería, diciendo ‘¿de dónde crees que viene tu teléfono móvil?’, recordemos que la mayoría de nosotros estamos demasiado ocupados viviendo nuestras vidas como para pensar en el origen de las cosas’, afirmó Rohitesh Dhawan, presidente y director ejecutivo del ICMM, en un discurso pronunciado en junio.

Ello podría explicar por qué la comprensión y la percepción de la minería no han cambiado mucho en décadas. GlobeScan, empresa que pide a las personas evaluar a diferentes sectores según el grado en que cumplen con sus responsabilidades hacia la sociedad, ubicó en 2023 a la minería en el último lugar, por debajo del petróleo y el gas, un puesto que ocupa prácticamente igual desde 2002. A ello, Dhawan agregó que las inscripciones de graduados en carreras de minería se han reducido en Australia, Canadá y Estados Unidos, y el Reino Unido ya no tiene ningún curso de grado en minería.

Por eso, es urgente que la industria adopte ‘un enfoque transformador de la comunicación’, conectándose con la sociedad al mostrar cómo su cadena de valor de metales y minerales facilita la transición energética. De no hacerlo, se pone en riesgo la viabilidad del sector en el marco de la descarbonización’, afirman Katie Fedosenko y Luciana Gutmann, autoras del artículo del WEF.

Cursos de acción

A nivel global, Dhawan recomienda cuatro cursos de acción para conquistar definitivamente las mentes y los corazones de las personas hacia la minería.

Primero, consolidar e impulsar la adopción de normas de minería responsable: existen muchas —dice—, pero pocas industrias las han adoptado. ‘No necesitamos una única norma, pero sí un pequeño número que la mayoría de los operadores adopten y respeten’.

Destaca que el ICMM está consolidando sus Principios de Minería con los estándares Copper Mark, Towards Sustainable Mining y los Principios de Minería Responsable del Oro, que estarían disponibles para todas las mineras del mundo el próximo año, generando, además, un modelo para las empresas pequeñas y medianas, a las que resulta difícil cumplir los criterios actuales.

En segundo lugar, propone crear momentos del tipo ‘No esperaba eso de la minería’, ‘demostrando un verdadero liderazgo en los temas que importan a la sociedad’. En este aspecto, destaca el compromiso de los miembros del ICMM a no realizar minería ni exploración en sitios declarados Patrimonio de la Humanidad, divulgar los impuestos que pagan, y lograr emisiones netas cero de alcance 1 y 2, entre otros.

Tercero, ‘despertar la curiosidad de las personas sobre cómo funciona el mundo’; por ejemplo, trabajando con artistas, museos e instituciones educativas, y generando una conversación sobre cómo funciona la minería.

Por último, ‘y quizás lo más difícil de todo, como sector tenemos que reconocer nuestro legado y trabajar para remediar los daños del pasado’, señala Dhawan, reconociendo que ello también recae en los gobiernos que permitieron dichas prácticas.

Conciencia creciente

Chile se ve más adelantado en este camino: de hecho, es el segundo país con mejor percepción de la minería en el mundo, entre otros datos (ver recuadro). Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero, afirma que esto refleja que están haciendo ‘un trabajo distinto al de otros países’, e insta a profundizar en los esfuerzos de las compañías, gremios y organismos públicos por acercarse a las comunidades y al público general, y comunicar la labor que realizan, de manera más transparente y proactiva.

Aurora Williams, ministra de Minería, afirma a ‘El Mercurio’ que la percepción pública del sector ‘es mixta, con una creciente conciencia sobre su rol crucial en la transición energética. Sin embargo, persisten preocupaciones sobre los impactos ambientales y sociales. La minería es vista como una industria necesaria para el desarrollo de tecnologías limpias, pero también como un sector que debe demostrar un mayor compromiso con la sostenibilidad’.

Agrega que Chile ha hecho avances significativos, con la adopción de estándares EITI, que está implementando Cochilco, o la certificación Copper Mark por parte de las empresas. Pero queda por avanzar ‘para cambiar la percepción pública de que la minería es una industria extractiva con impactos negativos. Es necesario un enfoque más inclusivo, que involucre a las comunidades y muestre los beneficios compartidos de la minería sostenible’.

¿De quién es la responsabilidad? ‘Me parece que la respuesta más efectiva para enfrentar los desafíos del sector minero es la colaboración, especialmente la público-privada’, dice Villarino.

Williams coincide en una responsabilidad compartida. ‘Por el lado del Estado, se debe continuar liderando con políticas claras, regulaciones estrictas y eficaces, y fomentando la adopción de mejores prácticas; por el lado de las empresas, existe la responsabilidad de implementar estas prácticas y liderar con el ejemplo en sostenibilidad y responsabilidad social. Además, la sociedad civil juega un rol clave en monitorear, educar e informar sobre los avances y desafíos en la minería’, subraya.

En cuanto a los planes gubernamentales, la ministra destaca que la cartera ‘está por lanzar el primer Plan Sectorial de Cambio Climático, una iniciativa clave que establecerá medidas de mitigación y adaptación. Este plan guiará a la industria hacia una minería más resiliente y con menor impacto ambiental, contribuyendo a cambiar la percepción pública sobre el compromiso de la minería con la sostenibilidad’.