En 2021, se implementó el proyecto que establece un sistema híbrido permanente de trabajo a distancia y presencial, adaptado a las funciones de los trabajadores.

Los empleados corporativos deben trabajar presencialmente un 50% del tiempo, mientras que los trabajos en las operaciones se han distribuido en tres modelos de trabajo presencial: 100% del tiempo (ej., operadores de camiones), 50% del tiempo y, al menos, una semana al mes (todo sujeto a las restricciones por el COVID-19).
El proyecto se basa en la implementación exitosa en 2020 del amplio trabajo a distancia para controlar el contagio de COVID-19 y persigue:
• Construir una organización resiliente y flexible, con capacidad para responder a eventos externos inesperados.
• Aprovechar las oportunidades para mejorar la productividad y la eficiencia, por ejemplo, reduciendo los desplazamientos.
• Ofrecer un equilibrio más ventajoso entre trabajo y vida privada en el marco de la Estrategia de Diversidad e Inclusión (D&I).

Encuestas de pulso reflejan el apoyo de los trabajadores al nuevo modelo, pero también su preocupación por el manejo de las horas laborales y cumplimiento de las labores domésticas al teletrabajar, en especial, como efecto de la pandemia, que impidió la asistencia a clases de los niños en Chile durante gran parte del año. En diciembre, tras un proceso participativo con los empleados, se elaboró una lista de buenas prácticas, como no programar reuniones durante el horario de almuerzo, para abordar estas dificultades.