Agosto, 2023. [La Segunda] En su reciente gira por Europa el Presidente Gabriel Boric señaló, en referencia al potencial de Chile en materia de litio e hidrógeno, que “no venimos solamente a vender piedras, no venimos solamente a vender recursos minerales no metálicos”. Ello nos motiva a explicar, una vez más, la sofisticación de la actividad minera y su valor para Chile.

Suele olvidarse que la riqueza minera debe primero ser descubierta mediante la exploración, actividad que por naturaleza tiene una muy baja tasa de éxito. La explotación, a su vez, es un proceso de alta complejidad, que involucra cuantiosos recursos de capital, la coordinación de miles de personas, la obtención de cientos de permisos, la implementación de variada tecnología y, habitualmente, el desarrollo en condiciones geográficas complejas. Los empresarios no solo deben desarrollar los yacimientos, sino que también caminos, puertos, instalaciones eléctricas, plantas desalinizadoras y otra infraestructura.

Desde el punto de vista macroeconómico, la minería contribuye directamente con el 13% del PIB, el 55% de las exportaciones, el 14% de la inversión, el 10% de los ingresos fiscales y el 3% del empleo del país. Sin embargo, estas cifras no dan cuenta de su impacto como creador de valor a través del encadenamiento productivo. Por ejemplo, el valor aportado por los más de 3.500 proveedores mineros, de los más diversos sectores, equivale en promedio al 80% del PIB de la actividad minera.

Los beneficios del encadenamiento productivo de la minería se perciben también en el empleo. Este sector ofrece empleos de calidad, con un notable impacto en movilidad social y creciente incorporación de mujeres. El sector presenta una baja tasa de accidentabilidad y una ambiciosa meta de cero fatalidades. Se ha estimado que por cada puesto de trabajo en minería se crean 2,5 puestos en otros sectores: si la minería representa el 3% del empleo del país en forma directa, al incluir los sectores que forman parte del encadenamiento se llega a más del 10%.

Nuestro sector minero chileno es muy amplio y diverso. Está compuesto por empresas de todos los tamaños, desde pequeños productores hasta las mayores compañías del mundo, tanto privados como estatales; por trabajadores y sus sindicatos, proveedores, emprendedores, centros de innovación, organismos educacionales, asociaciones gremiales y de profesionales, y otros entes que contribuyen al desarrollo del sector y del país. Como sector, apoyamos la aspiración de contar con actividades industriales que puedan producir bienes con mayor grado de elaboración, por ejemplo, a partir de nuestros minerales. Sin embargo, no hay razones para que dicha aspiración lleve a minimizar la complejidad y sofisticación de la minería, así como el enorme y creciente aporte que hace a nuestro país y al mundo.

Philpe Hemmerdinger C., Asociación de Proveedores Industriales de la Minería APRIMIN

Joaquín Villarino H., Presidente Ejecutivo del Consejo Minero CM

Jorge Riesco V., Presidente Sociedad Nacional de Minería SONAMI