Fuente: Revista Nueva minería y energía.
La minería chilena vive un momento decisivo. Con yacimientos más profundos, leyes minerales decrecientes, mayor variabilidad geológica y exigencias socioambientales al alza, el sector enfrenta una complejidad operativa sin precedentes. A ello se suman desafíos relacionados con costos, productividad, certezas regulatorias y acceso a capital competitivo.
En este contexto, EI publicó su reporte “Los 10 principales riesgos y oportunidades de negocio para el sector de minería y metales en 2026”, que identifica la “complejidad operativa” como el principal riesgo global para el próximo año, seguido por “costos y productividad” y “capital”.
En opinión del presidente ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino, los yacimientos mineros son más profundos, las leyes son más bajas y las condiciones geotécnicas se han vuelto más desafiantes. “A esto se suma una mayor variabilidad geológica, especialmente en mina subterránea que obliga a operar con mayor precisión”.
Una de las respuestas ante estos desafíos es la innovación, digitalización, uso intensivo de datos, automatización y mejores herramientas de modelación y monitoreo geotécnico. Asimismo, Joaquín resaltó la importancia de una gestión integrada de proyectos, y de una cultura preventiva fortalecida en todos los niveles. “Los incidentes que tuvimos el año pasado han puesto sobre la línea aumentar nuestra cultura de prevención y seguridad”, dijo.
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