El economista Vikram Mansharamani es un asiduo comentarista en medios económicos estadounidenses, como Bloomberg y Forbes, es profesor de Yale y autor del libro “Boombustology. Detectar burbujas financieras antes de que exploten”, publicado en 2011. El además doctor del MIT, visitará nuestro país el próximo 10 de enero como invitado especial del seminario: “Turbulencias económicas, sociales y tecnológicas, ¿A qué nos enfrentamos?”, que organizan el Consejo Minero e Icare.
Al teléfono desde Boston cuenta que en su charla abordará cuatro áreas: El entorno económico global y los grandes temas que ayudan a explicar qué está pasando en el mundo. Por ejemplo, qué es lo que está haciendo China, donde advierte que hay una sobreconstrucción de edificios que hoy están vacíos y asegura que no le sorprendería ver en los próximos dos o tres años un crecimiento de ese país menor al 6% e incluso menor al 5%. También abordará la revolución tecnológica y cómo está creando modelos de negocio que sacan provecho a capital subutilizado, es decir, pueden construir grandes negocios sin hacer altas inversiones, como Uber y Airbnb. Como tercer tema, se referirá a los cambios demográficos, donde las mayores economías del mundo se están volviendo viejas, mientras que las economías que crecen más rápido, como India y África, aún son jóvenes. Por último, abordará el nacionalismo y el populismo como resultado de lo que llama una “globalización en retirada” o “desglobalización”.
“No esperaría grandes retornos financieros de la bolsa de Estados Unidos”
¿Cuáles son sus expectativas sobre los mercados financieros internacionales? “Es muy difícil predecir qué pasará, por una razón: el ambiente político en el mundo experimentará un gran cambio en 2017, un gran cambio. En Estados Unidos tendremos un nuevo Presidente en enero, con políticas que él cree que incrementarán el crecimiento económico, como la reforma para recortar impuestos, el programa de gasto en infraestructura y otros programas para mantener los empleos. Eso cambiará las perspectivas sobre Estados Unidos”, indica Mansharamani.
Agrega que está muy cauteloso con lo que pase en Estados Unidos y que con los datos que hay en la actualidad “no esperaría grandes retornos financieros de la bolsa de Estados Unidos el próximo año”. ¿La razón? En simple, la valorización de las compañías está alta, en particular la relación precio/ ganancia (conocida por las siglas RPG) está muy elevada, indica, pero empezará a bajar debido a las alzas de tasas de interés. Para compensar esa situación, las ganancias de las firmas deberían subir más rápido de lo que caerá la relación precio/ ganancia y eso no lo ve posible, señala.
Los commodities como el cobre han enfrentado turbulencias. ¿Seguirán los vaivenes en el próximo año?
“(…) Si miras a futuro, tres o cinco años más, la clase media de los mercados emergentes explotará, crecerá muy rápido en África, India, Rusia, China y Brasil, en todas partes. La clase media en el mundo está en auge y demanda mejor infraestructura, más autos, nuevos teléfonos celulares y más artículos electrónicos (…) Eso presionará al alza los precios de los commodities en los próximos tres o cinco años. Entonces, creo que hay buenas perspectivas para los commodities . Además, si se quiere entender los commodities hay que ver lo que está pasando en China. Si se mira lo que China está haciendo dentro de su país, se podría pensar que la demanda de commodities será más lenta, pero no es así si se mira la nueva ‘ruta de la seda’ (programa propuesto por China para conectar principalmente Asia, Europa y África). China ya anunció que gastará un billón de dólares (millón de millones) para construir carreteras, ferrocarriles, etcétera en 60 países. El programa se llama ‘Una zona, una ruta’ y tomará un tiempo, pero cuando se concrete pondrá mucha presión a los commodities. Y por cierto, India está llegando a un punto en que la clase media demandará bienes y servicios y eso requerirá más commodities “.
En un contexto de mayor populismo y proteccionismo, ¿cuál es su recomendación para los mercados emergentes y abiertos, como Chile?
“Creo que, por lo menos hoy, las perspectivas para Chile son más prometedoras si se mira a Asia. Lo digo porque la Alianza del Pacífico, que integran Chile, Colombia, México y Perú puede convertirse en el punto de entrada de Asia a Latinoamérica. Chile ofrece un país único, transparente, abierto, bien gobernado y con reglas claras y muchos quisieran hacer negocios con él. El país debería focalizarse en los mercados emergentes de la clase media que están en auge, principalmente en los consumidores asiáticos y africanos”.
¿Qué sectores económicos chilenos se beneficiarían de este auge?
“Por supuesto que el que más se beneficiará es el sector de la minería. Pero otro sector que puede beneficiarse es la acuicultura, la industria pesquera. Cuando eres una persona pobre en África, solo puedes comer arroz, pero cuando tienes un poco más de plata puedes comer algo de pescado, o pollo o carne. Creo que la demanda por proteína crecerá muy rápido en lo próximos tres a cinco años, y cuando lo haga, Chile tiene que aprovechar esa oportunidad.
La clase media también quiere celulares, notebooks y baterías, tal vez autos eléctricos, y entonces el sector del litio también será importante. La clase media de los mercados emergentes dirigirá las demandas futuras de lo que Chile ofrece. Es una oportunidad”.
“El ciclo del crédito es muy riesgoso hoy”
Usted sigue índices para detectar burbujas en sectores como el inmobiliario, ¿cuáles son las burbujas financieras más peligrosas que ve hoy?
“Una de las cosas que más me preocupa es una burbuja crediticia. Las tasas de interés en el mundo están muy bajas y cuando el dinero tiene el precio incorrecto, la gente lo malgasta. Cuando la plata es muy barata, la gente la usa mucho. El ciclo del crédito es muy riesgoso hoy. Puedo imaginarme un panorama de default que podría ir in crescendo y puede ser muy peligroso. Si las tasas de interés suben, la gente que pidió prestado tendrá que devolver mucho más y tal vez mucha gente no pueda pagar y eso generará problemas mayores”.
¿Se podrían generar problemas de pago también para las empresas?
“En algunos casos problemas para países, empresas y también personas (…) En algunos países es el gobierno el que pide prestada mucha plata y en otros son las empresas. Pero mi punto es que hay mucho dinero prestado, hay mucha deuda en el mundo y podría generarse una burbuja”.
¿Esta burbuja se puede prevenir o detener de alguna forma?
“Necesitamos normalizar el costo del dinero (subir las tasas de interés). Y, como dije, cuando el dinero tiene un precio incorrecto es mal utilizado”.
“Creo que hay una guerra de monedas en desarrollo”
Estos últimos meses el dólar se ha fortalecido, ¿esa tendencia se acentuará el próximo año o debiera estabilizarse?
“En el corto plazo, la fuerza del dólar va a continuar porque Estados Unidos está aumentando sus tasas de interés mientras el resto del mundo continua proveyendo más estímulos monetarios. Creo también que hay una guerra de monedas en desarrollo, donde los países están tratando de depreciar sus monedas para hacer sus exportaciones más competitivas. Lo que me preocupa es que se genere ‘un mecanismo de autocorrección económica’, que si el dólar se vuelve muy fuerte, los mercados emergentes sufrirán, porque el capital vendrá desde todos lados hacia Estados Unidos. Si el capital fluye hacia acá, significa que el euro caerá, y que las monedas asiáticas caerán, y porque tendrás capital fluyendo desde allá, las tasas de crecimiento de los mercados emergentes podrían caer. Y si caen, lastimarán a las multinacionales americanas y eso podría dañar a Estados Unidos”.
¿Podría generarse una crisis global?
“No creo que una crisis global se esté aproximando, pero estoy preocupado por algunas razones. La primera es Europa, que se está desmoronando. Creo que la Unión Europea y el euro están en un momento de menor ritmo. En 10 años más, creo que tendremos uno de dos escenarios posibles: el primero es que tengamos los ‘Estados Unidos de Europa’, que todos los países se conviertan en estados, con un gobierno central en Bruselas. La segunda opción es que cada país tenga su propia moneda y creo que eso es lo que va a pasar en los próximos 10 años. Además, veo mayor riesgo en el sistema financiero chino del que la gente puede entender hoy”.
¿Por qué cree que el euro va a morir?
“Fundamentalmente nunca hemos visto una unión monetaria durar sin una unión política… y por eso creo que necesitamos ver a Europa integrarse más profundamente, lo que implica una pérdida de la soberanía a nivel nacional, o una dispersión de países con sus propias monedas. Los países que controlan sus propias monedas probablemente serán más flexibles en permitir que sus monedas enfrenten los shocks económicos”.
La clase media en el mundo está en auge y demanda mejor infraestructura, más autos, nuevos teléfonos celulares y más artículos electrónicos (…) Eso presionará al alza los precios de los commodities en los próximos cinco años.
Fuente: El Mercurio