La ruta ascendente por la que transita el cobre desde mediados de 2020, motivó a expertos a realizar un análisis en torno a las variables que podrían determinar la sostenibilidad de la cotización en el tiempo, así como las oportunidades que abre a nivel de la industria y de los países como Chile, donde esta actividad se desarrolla.
En entrevista con diario El Mercurio, el Presidente Ejecutivo del CM, Joaquín Villarino, señaló que “las empresas no se marean con estos precios. La euforia colectiva que se produce cada vez que el precio de la libra de cobre supera los US$3, y más cuando llega a US$4, no es algo que tenga un correlato al interior de las grandes compañías mineras”.
Joaquín Villarino precisó que las cupreras son conscientes de que el precio es esencialmente cíclico y que, a períodos buenos, les seguirán otros no tanto, razón por la cual en el sector prima una mirada de largo plazo y la austeridad pesa más que la euforia. “No hay que olvidar que hace un año estábamos más cerca de US$2 por libra y que un 30% de la producción estaba en números rojos”, agregó.
Respecto de las acciones que las empresas podrían desplegar como respuesta al momento actual del mercado, Villarino enfatizó que lo que seguirá caracterizando el trabajo cotidiano de las compañías que representa serán la austeridad, control de costos y la aplicación de los estrictos protocolos sanitarios impuestos por la pandemia.
“La experiencia del superciclo de hace una década dejó enseñanzas dolorosas e imborrables, producir todo lo que se pueda a cualquier costo se termina pagando muy caro cuando los precios caen, por eso hay que redoblar esfuerzos para no caer en los mismos errores, perseverar en la austeridad y el control de costos es primordial. Las compañías no cambian ni su ritmo de producción ni su modo de hacer las cosas hoy día porque el precio esté más alto”.