La industria minera local se encuentra en una decidida carrera por disminuir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), lo que se vio reflejado en el compromiso firmado por las grandes compañías socias del Consejo Minero -que representan el 97% de la producción local-, en la que cada una estableció metas individuales.
De este documento, la gran mayoría de los compromisos estaba ligado a la generación de energía que es utilizada por las faenas. Es que según se reporta en el último informe publicado por la Comisión Chilena del Cobre, estas emisiones indirectas representan cerca de un 62% del total de la industria.
Desde el Consejo Minero destacan el rol que jugarán las energías renovables en cumplir con sus metas de reducción de carbono, gracias a los contratos de suministro eléctrico basados en fuentes renovables que las empresas mineras están masivamente suscribiendo, y que al año 2023 representarán un 65% de su consumo eléctrico.
“El desafío para la autoridad es que el país cuente con un sistema de certificación del origen renovable del suministro eléctrico, de modo que los clientes puedan acreditar con respaldo oficial la reducción de sus emisiones indirectas. Con eso, informes como el de Cochilco dejarían de calcular las emisiones indirectas con un único factor de emisión del sistema eléctrico nacional, y tendrían que empezar a calcularlas según los contratos de suministro de cada cliente”, asegura el gerente de Estudios del Consejo Minero, José Tomás Morel.
Respecto al uso de combustibles, el principal responsable de las emisiones directas, desde el gremio minero explican que la expectativa es que los fabricantes mundiales de camiones de alto tonelaje desarrollen lo antes posible unidades comerciales de bajas emisiones, ya sea con baterías eléctricas o con celdas de combustible a hidrógeno, para lo que las empresas del sector están contribuyendo a nivel local y global.
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